Descubre la terapia Gestalt
Muchos me habéis preguntado qué es la terapia Gestalt y cómo puede ayudarnos a conocernos mejor a nosotros mismos y a mejorar nuestras relaciones.
La terapia Gestalt es amplia y profunda. Aquí te ofrezco un pequeño esbozo de su potencial, con la intención de que despiertes tu curiosidad y explores más por tu cuenta.
No solo para enfermedades
La Gestalt no se centra únicamente en tratar enfermedades. Su objetivo es desarrollar el potencial humano, por lo que no es necesario estar enfermo para beneficiarse de ella.
Fritz Perls (1893-1970), fundador de la terapia Gestalt, decía:
“La Gestalt es demasiado buena como para limitarla solo a personas enfermas”.
Esta terapia se enfoca en el aquí y ahora, aunque aborda heridas del pasado que puedan limitar tu desarrollo presente. Con técnicas específicas, puedes revivir experiencias no resueltas y, con la ayuda del terapeuta, integrar esas experiencias desde una perspectiva adulta y saludable.
Autoconocimiento y energía disponible
La terapia Gestalt ayuda a identificar bloqueos y mecanismos de defensa que impiden relacionarnos de manera auténtica. Al trabajar estos aspectos pendientes, se libera energía que antes estaba estancada, permitiéndote dedicarla a nuevos proyectos.
El objetivo es que el consultante aprenda a autoapoyarse para satisfacer sus deseos y necesidades, evitando manipular el entorno y promoviendo la responsabilidad personal y la coherencia entre pensamiento, emoción y acción.
El contacto en Gestalt
El contacto es la manera en que satisfacemos nuestros deseos y necesidades. La Gestalt describe un ciclo llamado ciclo de la experiencia, que se completa cuando la necesidad queda cubierta.
A veces, este ciclo se interrumpe por mecanismos de defensa, quedando estancado en alguna fase.
Fases del ciclo de la experiencia
Tomemos un ejemplo simple: la necesidad de beber agua.
-
Sensación: Notamos la boca seca.
-
Toma de conciencia: Reconocemos que tenemos sed.
-
Energización: Planificamos cómo satisfacer la necesidad, por ejemplo, ir a la cocina.
-
Acción: Nos movemos para conseguir agua.
-
Contacto: Cubrimos la necesidad, bebemos el agua.
-
Retirada: Dejamos de beber cuando no tenemos sed.
-
Reposo: Estamos listos para atender la siguiente necesidad.
Interrupciones del ciclo: auto-saboteos
A menudo, nos atascamos en una fase del ciclo. Algunos mecanismos frecuentes son:
-
Desensibilización: No sentimos la necesidad, como cuando reprimimos la tristeza y no podemos llorar.
-
Introyección: Absorbemos mandatos ajenos sin cuestionarlos. Ej.: “Los hombres no lloran”.
-
Proyección: No vemos la necesidad propia y la proyectamos en otra persona.
-
Retroflexión: Nos hacemos a nosotros mismos lo que querríamos hacer a otros. Ej.: golpear la pared en lugar de confrontar.
-
Evitación o deflexión: Evitamos el contacto por miedo a fallar.
-
Confluencia: Nos fundimos con otros y no podemos retirarnos, perdiendo nuestra individualidad.
La Gestalt y las emociones
Las emociones son indicadores de nuestro estado interno y nos ayudan a gestionar la realidad:
-
Miedo: protege frente a peligros reales o imaginarios.
-
Enfado: nos avisa de límites que necesitamos establecer.
-
Tristeza: ayuda a transitar pérdidas y duelos.
-
Alegría: genera expansión, contacto y conexión.
Comprender y diferenciar nuestras emociones permite manejarlas de manera más saludable y consciente.
Conclusión
La terapia Gestalt es una herramienta poderosa para el autoconocimiento y la mejora de nuestras relaciones. Nos enseña a reconocer bloqueos, gestionar emociones y completar el ciclo de nuestras necesidades.
Si quieres aprender más o tienes dudas, comenta abajo. Me encantará leerte y compartir contigo este camino de autoconocimiento.