¿Tu diálogo interno te sana o te enferma?

¿Cómo te hablas? ¿Te criticas constantemente? ¿Te menosprecias cuando te equivocas? ¿Te comprendes en tus imperfecciones? ¿Te perdonas cuando haces algo que no te gusta? Es importante poner consciencia de la manera en la que te tratas interiormente. Este diálogo interno es importante y es el responsable también de otras emociones que vienen acompañándolo.

Nuestro cuerpo tiene un 70% de agua. El cerebro se compone en un 70 por ciento de agua, la sangre en un 80 por ciento y los pulmones se componen en un 90 por ciento de agua. 


Masaru Emoto
, escritor japonés del libro Los mensajes de agua” realiza varios experimentos congelando partículas de agua y comparando los cristales que forman cuando programamos el agua con palabras como gracias, amor/comprensión, alma y hermoso en contraposición con otras palabras como estúpido, me das asco, sucio, te voy a matar, etc.

En estos experimentos, la misma agua expuesta a palabras bonitas creaba cristales hermosos, en contraste con el agua expuesta a significados negativos que no creaban cristales y hacían formas amorfas.

Este mensaje del agua que nos trajo Masaru Emoto es muy importante. Somos el 70% agua en nuestro organismo, la manera en la que te hablas a ti mismo, si es amorosa o por el contrario exigente y crítica, programa de la misma manera tu propia agua interna. El diálogo interno y las palabras que utilizas cuando te hablas internamente, tiene que ver con tu emoción y pensamiento. Esto afecta directamente en el bienestar y la salud.

El pensamiento está relacionado con las propias creencias y emociones, estas creencias se crean la mayoría en edades tempranas y tienen que ver con nuestro entorno y como interpretamos en su día la realidad que vivimos. Muchas de estas creencias operan en un nivel no consciente.

Marian Rojas Estapé en su libro “Como hacer que te pasen cosas buenas” habla del impacto que tienen ciertas emociones en el organismo. El stress y la ansiedad, así como el miedo te ponen en alerta, es un mecanismo de supervivencia y para ello tu cuerpo segrega sustancias que te ayudan en una emergencia a ponerte en marcha, estas sustancias son la adrenalina y el cortisol. El Cortisol el organismo tarda varias horas en disolverlo y volver a sus niveles normales.

Cuando tenemos niveles de stress y ansiedad crónica, este cortisol generado puede ser sumamente tóxico. “Tu mente y tu cuerpo no distinguen lo que es real de lo que es imaginario” Si has tenido una situación traumática, el simple hecho de volver al mismo lugar puede hacer que empieces a entrar en estado de alerta solo con el pensamiento y generar los mismos niveles de cortisol.

Por otro lado, la crítica, ya sea a uno mismo como a los demás, genera cortisol. Así nos comenta Marian “Hablar mal de los demás induce nuestro organismo a un estado emocional tóxico —¡lleno de cortisol! — y sabemos los riesgos que ello conlleva”.

De la misma manera que el cortisol es tóxico, la risa y la sonrisa tienen la capacidad de aumentar las defensas. “La risa y la sonrisa tienen la capacidad de alterar la química del torrente sanguíneo, protegiendo así de algunas enfermedades e infecciones”. Así como contar historias libera oxitocina, una sustancia química que se asocia a la sociabilidad y la empatía. También nos habla de cómo la amabilidad libera endorfinas, éstas reducen los niveles de cortisol y aumentan la oxitocina.

Cuando tienes niveles altos de oxitocina sientes de una manera más intensa el amor, la empatía y la compasión, y te resulta difícil estar resentid@ o enfadad@ y la amígdala, que es el almacén emocional del miedo y la rabia, se bloquea disminuyendo estas emociones.

Relaciones tóxicas y relaciones que te nutren

Tu entorno y con quien te relacionas es importante por cómo te hace sentir y pensar. Marian en su libro dice “Si al convivir con ciertas personas percibes constantemente un ambiente hostil y tirante que te hace estar alerta, ello puede llevarte a enfermar o sufrir profundamente”. Mira tus relaciones de una forma despierta, ¿te nutren y aportan? ¿o, por el contrario; te enferman? es importante poner consciencia y límites asertivos para cuidarte y protegerte. Sin embargo, cuando disfrutas de buena compañía en situaciones placenteras hay dos hormonas que segregas la oxitocina y la dopamina, esta última llamada hormona del placer.

Robert Waldinger, es un psiquiatra norteamericano responsable de un estudio sobre la felicidad y llega a las siguientes conclusiones:

  • Las personas con más vínculos saludables son más felices. Las personas aisladas son más susceptibles de enfermar.
  • Los matrimonios conflictivos, sin cariño ni afecto son muy perjudiciales para el bienestar emocional, mental y físico. En el estudio los que tenían un mayor grado de satisfacción en sus relaciones a los cincuenta años, fueron los más saludables al alcanzar los ochenta.
  • Las buenas relaciones no solo protegen el cuerpo, sino que también protegen el cerebro, recordando de forma más nítida.

Rodéate de personas saludables que te aporten y tengas con ellas un nivel de bienestar e intenta evitar a personas que te envenenan emocionalmente y que te dejan sin energía, es importante para tu salud mental, emocional y física. Esto es relativamente sencillo cuando una persona tóxica no forma parte de tu núcleo cercano o íntimo. Sin embargo, te torna complicado cuando forma parte del núcleo familiar o íntimo ¿Qué hacer en estos casos? Estas son algunas de las claves:  

  • No dar demasiada información a estas personas, la información es poder sobre el otro. Este tipo de personas la utilizaran para anularte o hacerte daño. Se lo más discret@ que puedas.
  • Libérate de su opinión. Las opiniones de estas personas suelen ser más perjudiciales que beneficiosas. Intenta que no te influya. Conciénciate que estarás mejor cuanto menos poder tengan sobre ti, de esta manera podrás protegerte y ser menos vulnerable a sus críticas o comentarios negativos.
  • Intenta alejarte y si no es posible intenta comprender la raíz de su toxicidad. Si llegas a comprender sus traumas o problemas, te puede ser más fácil ponerte en su lugar y no sufrir al no personalizar lo que te hace.
  • En la medida de lo posible procura perdonar. El perdón libera de cargas y ayuda a seguir adelante, es una puerta hacia la sanación. Sopesa si en tu caso lo ves factible y los beneficios que te puede proporcionar. Muchas veces también el perdón está en uno mismo, perdónate por lo que creas que necesitas perdonarte, en ese caso es todavía más importante para liberar la culpa.
  • Tener cerca personas que te nutran y puedan ser un descanso emocional. Son personas con las que te ríes, disfrutas y te proporcionan alegría y paz. Puedes contar con ellas y contarles lo que te duele, tienen el firme deseo de ayudarte. Son personas con las que te sientes renovad@ después de estar con ellas.

Cuidar tu propia agua interna

Es importante poner consciencia de la manera en la que te tratas interiormente. Si huyes de personas tóxicas, tu mism@ no te hables de forma tóxica. Aceptarte y tratarte con compasión y cariño es una de las maneras de promover cambios positivos en tu vida.

Para poder mejorar y evolucionar, se trata de saber dónde estás en cada momento, saber dónde quieres llegar y aceptar el camino y el proceso de cambio con amor. Frases como “Poco a poco lo conseguirás” o “Estás en el camino” pueden motivarte a seguir adelante.

Pregúntate ¿Cuál es el primer paso, por pequeño que sea, que me atrevo a hacer en esta situación? Estate orgullos@ de tus pequeños avances, date ánimos y ten la convicción de que lo vas a conseguir. Se tu mejor amig@, anímate y motívate. Teniendo siempre una palabra amable para ti.

Tener una buena actitud ante las dificultades siempre que te sea posible determina, la manera que respondes ante ellas y te hace superarlo más rápidamente. Es importante saber que las malas rachas son pasajeras y que esto lo superarás.

Es importante tener rutinas que te permitan bajar la ansiedad y el miedo de tu día a día para que tus niveles de cortisol no estén alterados y no se genere tanta toxicidad en tu organismo. Entre estas rutinas puedes hacer ejercicio que libera el cortisol, dar paseos o excursiones por la naturaleza. Hacer meditación o mindfulness, todo lo que sea vivir el momento presente con consciencia te aleja de la preocupación del futuro o de la nostalgia del pasado. Como dice la Gestalt vivir el aquí y el ahora.

Espero que este post te haya ayudado a conocer un poco más sobre tu diálogo interno y que te motive a quererte y comprenderte mejor. Envíame tus comentarios a info@sendagestalt.com. Me encantará leerte 😉

Fuente:

  • “Como hacer que nos pasen cosas buenas” Marian Rojas Estapé. Médico Psiquiatra, licenciada en la Universidad de Navarra en el año 2007, trabaja en el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas (www.ieip.es)
  • “Los mensajes de agua” Masaru Emoto Fue presidente de I.H.M, Instituto General de Investigaciones, I.H.M. Co., Ltd., y I.H.M. Sociedad HADO. Doctor diplomado y licenciado en Medicina Alternativa en la Universidad Internacional Abierta 1992. Falleció 2014.
Marta Jiménez

Marta Jiménez

Mi nombre es Marta Jiménez y ayudo a mujeres que han sufrido en sus relaciones sentimentales a superar estas situaciones y encontrarse a sí mismas para poder construir relaciones sanas. Y lo hago a través de un método personal que combina la Terapia Gestalt, el coaching y otras formaciones.
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